Es lo máximo!!!
Los alemanes no supieron qué hacer ante la magia de Ronaldinho.
No quedan dudas. Ronaldinho es, por mucho, el mejor futbolista del planeta. Y lo demuestra cada vez que juega. El brasileño recibió este año el premio al Mejor Jugador de la FIFA y, dentro de una semana, ganará el prestigioso Balón de oro de la revista France Football. El pasado sábado lo aplaudió la afición del Real Madrid en el clásico español. Ayer, el 10 del Barcelona dejó en claro su extraordinario talento con otra virtuosa actuación ante el Werder Bremen, en la Liga de Campeones.
Anoche, en el Nou Camp, el equipo alemán sufrió la misma lección que el Real Madrid hace unos días. Y si el partido se tuviera que realizar otra vez, seguramente el resultado sería el mismo. Cuando Ronaldinho juega así, es imposible detenerlo. Y casi siempre juega así.
El Barcelona se impuso por tres goles a uno. Pero pudieron ser diez. Ronaldinho anotó uno y fabricó dos en una actuación que supondría una noche excepcional para cualquier jugador. Para el brasileño, sin embargo, esas noches representan la normalidad.
Ante la excelente forma de su principal figura, el entrenador azulgrana, Frank Rijkaard, se dio el lujo de descansar al delantero estrella del equipo, Samuel Eto’o. Entró el sueco Henrik Larsson y, con pases de Ronldinho, rompió la red dos veces. Uno contó, el otro no, pero eso importó poco. Pues con la presencia del brasileño, hasta Maxi López marcaría goles en el conjunto catalán.
El primer tanto lo anotó Gabri, al definir un perfecto pase de Ronaldinho, que, después de que un penalti le diera el empate a los alemanes, puso al Barcelona otra vez en ventaja justo después, cuando sorprendió a los visitantes con un tiro libre desde el lateral del área.
En la segunda mitad, los alemanes, desesperados, se dedicaron a cometer faltas para parar al brasileño. No les quedaba de otra. Y, aún así, Ronaldinho puso el pase para gol de Larsson y otro para el tanto anulado.
Tan espectacular es el momento del brasileño, que ya se empieza a calificarlo como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. “Es el gran heredero de Maradona”, tituló ayer el periódico italiano La Corriere dello Sport.
Por su parte, otro ex culé, el holandés Johan Cruyff, opinó que los dos jugadores “son iguales en la técnica. Maradona marcaba más, pero Ronaldinho es más rápido”.
Por lo pronto, aún le falta. Pese a haber sido campeón del mundo en 2002, Ronaldinho no fue la figura de ese equipo brasileño. Y para ser considerado uno de los más grandes de la historia, necesita llevar en sus espaldas a su selección a un campeonato mundial. Alemania 2006 seguramente representará su consagración.
No quedan dudas. Ronaldinho es, por mucho, el mejor futbolista del planeta. Y lo demuestra cada vez que juega. El brasileño recibió este año el premio al Mejor Jugador de la FIFA y, dentro de una semana, ganará el prestigioso Balón de oro de la revista France Football. El pasado sábado lo aplaudió la afición del Real Madrid en el clásico español. Ayer, el 10 del Barcelona dejó en claro su extraordinario talento con otra virtuosa actuación ante el Werder Bremen, en la Liga de Campeones.
Anoche, en el Nou Camp, el equipo alemán sufrió la misma lección que el Real Madrid hace unos días. Y si el partido se tuviera que realizar otra vez, seguramente el resultado sería el mismo. Cuando Ronaldinho juega así, es imposible detenerlo. Y casi siempre juega así.
El Barcelona se impuso por tres goles a uno. Pero pudieron ser diez. Ronaldinho anotó uno y fabricó dos en una actuación que supondría una noche excepcional para cualquier jugador. Para el brasileño, sin embargo, esas noches representan la normalidad.
Ante la excelente forma de su principal figura, el entrenador azulgrana, Frank Rijkaard, se dio el lujo de descansar al delantero estrella del equipo, Samuel Eto’o. Entró el sueco Henrik Larsson y, con pases de Ronldinho, rompió la red dos veces. Uno contó, el otro no, pero eso importó poco. Pues con la presencia del brasileño, hasta Maxi López marcaría goles en el conjunto catalán.
El primer tanto lo anotó Gabri, al definir un perfecto pase de Ronaldinho, que, después de que un penalti le diera el empate a los alemanes, puso al Barcelona otra vez en ventaja justo después, cuando sorprendió a los visitantes con un tiro libre desde el lateral del área.
En la segunda mitad, los alemanes, desesperados, se dedicaron a cometer faltas para parar al brasileño. No les quedaba de otra. Y, aún así, Ronaldinho puso el pase para gol de Larsson y otro para el tanto anulado.
Tan espectacular es el momento del brasileño, que ya se empieza a calificarlo como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. “Es el gran heredero de Maradona”, tituló ayer el periódico italiano La Corriere dello Sport.
Por su parte, otro ex culé, el holandés Johan Cruyff, opinó que los dos jugadores “son iguales en la técnica. Maradona marcaba más, pero Ronaldinho es más rápido”.
Por lo pronto, aún le falta. Pese a haber sido campeón del mundo en 2002, Ronaldinho no fue la figura de ese equipo brasileño. Y para ser considerado uno de los más grandes de la historia, necesita llevar en sus espaldas a su selección a un campeonato mundial. Alemania 2006 seguramente representará su consagración.
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